"Para Modernización, sobran trabajadores", afirma Karina Almirón, una de las 122 profesionales de la salud que fueron dados de baja en el Hospital Posadas, acerca de la visión que tiene el Gobierno de Macri sobre la gestión en salud. Almirón es una de las pocas técnicas en inmunohistoquímica formadas en el país, una de las piezas fundamentales en los tratamientos para pacientes con cáncer, que para el ministerio conducido por Andrés Ibarra es apenas un legajo más, o un sueldo menos.

Luego de que trascendiera la violenta aparición de la policía en el nosocomio para llevar adelante el anuncio, se conoció que entre los despedidos figura la especialista que supervisa los tratamientos para pacientes con cáncer, una de esos profesionales que no abundan: "Estoy convencida de que este es un ataque a la salud pública, porque quieren terminar con el hospital tal como lo conocemos para convertirlo en una empresa privada", manifestó Almirón a Radio Rebelde, quien trabajó durante 15 años en el Posadas.

"Hay mucho miedo, se estuvieron privatizando algunos sectores a partir de los -850 en 2016- despidos del año pasado, por ejemplo el servicio de limpieza y mantenimiento. Están avanzando también sobre alimentación y catering", afirmó la médica sobre la posibilidad de que una sola empresa privada se quede con la concesión estos sectores.

"El trabajo que hago yo es un estudio que le permite a los médicos determinar qué tratamiento que hacer cada enfermo de cáncer y en el hospital no hay otro técnico que sepa hacer mi trabajo", explicó la especialista al tiempo que detalló que la modalidad de no renovar los contratos vencidos le sirve al Gobierno para reducir el plantel médico, a pesar de que llevan años reclamando el pase a planta.