Volver a encontrarte décadas después con tu amigo de la infancia con el que jugabas al fútbol en un centro de detención clandestina y que sea tu torturador es la historia que el sobreviviente Claudio Tamburrini escuchó de la boca de Jorge Rosario Infantino mientras estaban secuestrados  entre diciembre de 1977 y febrero de 1978 en una de las habitaciones de Mansión Seré.

El lugar era la casa operativa en la que la Fuerza Aérea –el grupo de Tareas FT100- comandó la represión ilegal en la zona oeste del gran Buenos Aires.

El próximo jueves, después 16 meses de juicio, el Tribunal Oral Federal 5 dará el veredicto para Scali y los ex brigadieres de la Fuerza Aérea Hipólito Mariani, César Miguel Comes y Miguel Ángel Ossés, junto con los ex policías bonaerenses Néstor Rubén Oubiña, Felipe Ramón Sosa, Héctor Oscar Seisdedos y Marcelo Eduardo Barberis, informa Infojus.

El periodista Laureano Barrera recorrió la historia de Jorge Rosario Infantino que provenía de una familia sindical, su padre Vicente había del gremio telefónico y su abuelo Rosario, uno de los siete históricos fundadores.

Jorge militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) e iba al colegio secundario con otras víctimas del juicio: Claudio Tamburrini y Norberto Urso. El 22 de noviembre de 1977, a las 4:30 de la madrugada, un grupo de diez matones  llegaron a su casa de la calle Pilar 1033, en el barrio de Liniers y se lo llevaron de su casa identificándose como policías.

Los primeros días, sus compañeros secuestrados vieron como Infante y Scali tenían cortas conversaciones en privado después de reconocerse como amigos de la infancia. Pero el testigo Guillermo Fernández dijo que la relación se fue deteriorando con el tiempo e incluso se lo torturó con especial saña.

Según la reconstrucción de su legajo, Scali ingresó en la Fuerza Aérea como aspirante en marzo de 1971, mientras su amigo empezaba a militar en la UES bajo las banderas del peronismo revolucionario. En 1975 fue ascendido a cabo 1°. Aunque él lo negó, se cree que integró el FT100, que tenía como función primordial el aniquilamiento de las organizaciones político-militares. Además la fiscalía que conduce Martín Niklison también cree que Scali fue el delator de Infantino.

En febrero de 1978, al “Tano” Infantino se lo llevaron junto a otro detenido de apellido Astiz. Nadie lo volvió a ver.