Daniel Zalazar mató a puñaladas a tres mujeres e hirió a dos menores, una beba de 7 meses y un niño de 11 años. Dejó abierta la llave de gas y una vela encendida. Fingió ser vícitma de un asalto y se mantuvo tranquilo ante sus conocidos luego del triple crimen. Esos son algunos de los detalles de la mente del hombre acusado de ser el autor de un nuevo caso de femicidio agravado en el barrio Trapiche, Mendoza.

"Cuando lo llamé para preguntarle qué es lo que había pasado me dijo que lo habían lastimado durante un robo. Lo noté tranquilo -precisó a al portal BigBang un amigo de Zalazar-

Eran las ocho de la mañana y Zalazar debía estar en el club barrial donde entrenaba taewkondo, como cada domingo. Lo hacía junto a sus colegas, en el lugar donde dictaba clases a niños y adolescentes. Uno de sus maestros, ante su ausencia lo llamó. A minutos de haber cometido un triple crimen y de haber herido a dos menores, Zalazar con pocas palabras le explicó a su compañero que se no iría debido a que le habían robado y lo habían herido en una mano. De esta manera comenzó a desarrollar la coartada. 

"Tenía que venir a entrenar a las ocho y no llegaba. Cuando lo llamé para preguntarle qué es lo que había pasado me dijo que lo habían lastimado durante un robo. Lo noté tranquilo, era un buen pibe", precisó al mismo portal un allegado al homicida.