Las autoridades europeas se encuentran en alerta por el “chemsex”, una modalidad sexual que viene ganando popularidad y que consiste en una práctica que se centra en el uso de determinadas drogas para aguantar sesiones maratónicas de sexo que pueden durar incluso días.

El temor crece principalmente en Gran Bretaña y España, donde los especialistas manifestaron su preocupación ante un repunte en las tasas de enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes.

El “chemsex” consiste en un ‘sexo químico’, con sesiones que en algunos casos se pueden extender hasta por 72 horas sin parar ni siquiera para comer o dormir. Las sustancias que se suelen utilizar son mefedrona, metanfetamina y GHB.

La combinación de estas drogas permite aguantar las fiestas sexuales, pero deja a los participantes en un estado de semiinconsciencia que reduce la percepción de riesgo. Esto significa que pueden aumentar las conductas sexuales de riesgo (sin preservativo) y el contagio de enfermedades de transmisión sexual.

Solo en Barcelona, el año pasado se atendieron 193 casos de consumo problemático de sustancias para tener sexo. El plan de drogas municipal apunta que "en los últimos años ha habido un aumento del porcentaje de hombres que inician tratamiento por trastornos de consumo de estas sustancias y en 2016 estos suponían el 7 por ciento del total de inicios de tratamientos por trastornos por uso de sustancias en hombres". Desde 2013, este porcentaje se ha duplicado.