El ganador de cuestión de peso había sufrido su peor recaída y llegó a pesar cerca de 400 kilos. Su cuerpo no resistió la exigencia a la que lo sometía ese peso y terminó falleciendo.

Cuando ocurrió el desenlace, sus familiares pusieron al doctor Alberto Cormillot en el ojo de la tormenta. Este se mantuvo unos días en silencio pero finalmente respondió a las acuaciones.