La ballena jorobada que conmocionó ayer Puerto Madero continúa en dársena norte, mientras es auxiliada por expertos de la Secretaría de Ambiente y de la fundación Cethus que si bien intentan no estresarla más de lo que ya está buscan conducirla al mar.

Técnicos de la Secretaría de Ambiente de la Nación, de la Dirección de Fauna y del Grupo de Acuáticos y expertos en cetáceos trabajan incansablemente desde ayer  junto a efectivos de Prefectura para orientar a la ballena hacia aguas abiertas con la esperanza de que pueda unirse a su manada.

Esperan poder "conducirla en su salida al río para que llegue al mar. En esta tarea, el tiempo apremia porque el animal sufre el agua dulce que deteriora su piel y sus ojos además de que carece de alimento", advirtieron hoy desde la Secretaría de Ambiente.

El animal que mide unos seis metros,  tiene entre uno y dos años y  presenta signos de desnutrición. Los expertos estiman que se separó del grupo con el que migraba desde la zona Antártica, donde las ballenas jorobadas se alimentan en verano, hacia las aguas de Brasil, donde se reproducen.

Los especialistas y efectivos  calculan que le llevaría toda la noche llegar al mar, dado que es una especie que en buenas condiciones nada a unos 30 kilómetros por hora.