Finalmente la justicia de La Plata resolvió que Fernando González es culpable por homicidio simple con dolo eventual por la muerte de Santiago Veer de tan solo dos años. 

El hombre, de 49 años, había sido advertido de manera reiterada por vecinos que sus perros "eran muy violentos" aunque hizo caso omiso a los mismos. 

Frente al tribunal y a los familiares de la víctima,  González lloró y exclamó: "Mi familia y yo pedimos perdón por todo lo ocurrido; si pudiera volver todo esto atrás, daría mi vida para que no se hubiera producido".

Por otro lado, Gabriela Pacheco madre del pequeño asesinado contó que: "Estaba lavando la ropa y Santi con su hermanita fueron a jugar a la vereda. De repente, escucho los gritos de este señor que con mi nene en brazos, lleno de sangre, decía que ya no había nada que hacer".

La tragedia ocurrió en la vía pública, Santiago y su hermana solían jugar en un auto abandonado "que usaban como casita" y el 29 de mayo de 2014 González dejó al perro atado al mismo. El pitbull atacó al niño en la cara y cuello y si bien fue llevado de urgencia al Hospital San Vicente, perdió mucha sangre y no sobrevivió. 

"Si la persona que educa al animal no evita esa agresividad, se potencia y un niño puede ser considerado una presa", dijo un perito experto consultado por el tribunal.