Además del ex mayordomo, en la causa también se acusa a Claudio Sciarpelletti, un programador, quien habría colaborado con Paolo Gabriele para cometer el ilícito. Sin embargo, por un pedido del abogado de Sciarpelletti, y por tratarse de un delito menor, el tribunal aceptó realizarle el proceso por separado.

El caso conocido como "vatileaks" tiene en vilo a toda la prensa internacional y está rodeada de hermetismo. Sólo pudieron entrar 8 periodistas a la sala donde se celebró la audiencia, y no se les permitió ni filmar, ni tomar fotografías.

Durante el juicio se expondrán los cientos de documentos en los que figuran los casos de corrupción de los que participó el Vaticano y que llegaron a la televisión italiana a comienzos del año.

A Paolo Gabriele podrían darle una condena de hasta 4 años. Por el momento, el ex mayordomo goza de prisión domiciliaria y llegó al juicio caminando.

El hombre que reside en el Vaticano, aseguró en declaraciones de meses atrás, haber actuado guiado por el espíritu santo: "Viendo mal y corrupción por todos lados en la iglesia, estaba seguro que un shock, habría podido ser saludable para llevar a la iglesia a su justo carril", explicó Gabriele.