En su edición del jueves pasado, Clarín había publicado una breve “disculpa” por la amenaza vertida días antes contra la periodista de Canal 13 Silvia Martínez Cassina, a quien se la amenazó con “la hoguera” luego de que ella llamara a “la lucha”.

“Fue el apriete más impune que recibí", había escrito la periodista…

Ahora, a raíz del repudio generalizado ante la intimidación del Grupo Clarín a una luchadora, en lugar de asumir la responsabilidad, el diario forzó a un redactor a hacerse cargo de la misma, cuando cualquiera sabe que, antes de publicarse, una nota pasa por al menos dos filtros que, en efecto, aquel breve texto superó con facilidad.

Además, la amenaza no pudo ser gratuita: es bien sabida la actitud persecutoria y antisindical del Grupo Clarín, que años atrás llegó a despedir a una comisión interna entera (con la complicidad de UTPBA) porque no se sometía a la arbitrariedad patronal.