En su llegada al Congreso, para la apertura de las sesiones ordinarias, la diputada de Cambiemos reflejó su preocupación por el respeto de las convicciones religiosas y reclamó aplazar el debate para el aborto legal, que la ciudadanía reclama cada vez de manera más vehemente.

Pero lo que más llamó la atención fue la manera en que intentó demostrar su aceptación y cariño por los extranjeros que eligen radicarse en nuestro país o simplemente necesitan atención sanitaria.

Carrió aseguró que no se debe dejar de atender a nadie, pero que los Estados deben pagar a la administración argentina un canon por cada una de las intervenciones, una clara barrera para facilitar esa atención universal a la que se refería.

Para dejar en claro que no se trata de una cuestión discriminatoria, recordó su amor platónico por una mujer que su po acompañarla en momentos difíciles. De los creadores de "tengo un amigo gay y judío"...