Sergio, de 28 años, es la víctima de una secuencia demencial de golpes, patadas y saltos sobre su cuerpo que lo dejaron desmayado en la vereda de su barrio.

Tras reponerse del ataque dijo que nunca en su vida había visto a la persona que lo golpeó sin intercambiar palabras ni sin que hubiera una razón aparente para reaccionar de esa forma.