La situación se repite a diario en los colectivos del AMBA y tiene como protagonistas a los pasajeros, que suben al transporte público y piden que los lleven sin abonar el pasaje, y los choferes.

Por lo general la solución pasa por el pedido de que se baje del chofer o por una respuesta contemplativa del mismo, al acceder al requerimiento.

Pero en la línea 266 las cosas se precipitaron cuando un pasajero decidió tomárselas con el colectivero porque no le permitió continuar al viaje si no pagaba el recorrido, y lo hizo de la peor manera.