Un imán -personas que dirige la oración colectiva del islám- pasó el susto de su vida luego de que le jugaran una broma que consistía en invitarlo a un programa de radio para una entrevista y hacerle creer que presenciaban un feroz terremoto.


En el medio de la charla, el estudio comenzó a temblar, las luces se apagaban y los vidrios estallaban. El locutor que se encontraba con él se escondía debajo de la mesa, se cubría la cabeza con una silla y hasta incluso fingió que perdía la conciencia.


Sorprendentemente, el hombre se tomó la broma con toda la tranquilidad del mundo.