Sergio Berni no es de los que se ahorran las palabras duras. Las cosas las dice con honestidad brutal para que lo entienda quien lo tenga que entender. Y ante un Luis Novaresio que se pasea por sus programas hablando del cansancio de la cuarentena y la necesidad de abrir todo, no tuvo contemplaciones.

Fueron tan terribles sus palabras que hubo poco para agregar. A los datos de cantidad de muertes diarias les agregó la baja en la edad de los contagiados y la prolongación de cada uno de ellos en las unidades de terapia intensiva.