El juez federal, Alejo Ramos Padilla, tomó una declaración de gran importancia en la causa por extorsión y espionaje ilegal que tiene a Marcelo D'Alessio y Carlos Stornelli en el banquillo de los acusados. 

Se trata del empresario petrolero, Mario Cifuentes, quien estuvo declarando por más de 9 horas en el juzgado de Dolores, y contó los detalles del apriete que sufrió por parte de D'Alessio y sus cómplices. 

Pero, en este caso, relacionó fuertemente al periodista de Animales Sueltos, Daniel Santoro, y al diario Clarín, como cómplices de esta extorsión que tenía un único fin: quedarse con su empresa. 

De la reunión con el falso abogado a Clarín y Animales Sueltos

Según sus comentarios, la firma se encontraba en concurso preventivo de crisis en 2016 y contraía una deuda fiscal. Por eso, en 2017 se reunió con supuestos representantes de un inversor para mejorar su situación. 

Pero luego de una reunión comenzó el simbronazo. Cifuentes conoció a D'Alessio en un country de Canning, quien se presentó como delegado de la DEA y especialista en seguridad, con el fin de "lograr un acuerdo con la AFIP" que pueda salvarle el pellejo. Pero no sabía que allí comenzaría una extorsión que implicaría la seguridad de su propia familia. 

El extorsionador estaba acompañado de un hombre armado, y le decía que podía lograr arreglos económicos con los jueces por el 10% de los honorarios. El empresario dijo que se negó rotundamente. 

El falso abogado hablaba de una deuda de 800 millones de pesos con la AFIP cuando el empresario sabía que era menor a 400 millones. Pero su sorpresa llegó cuando la falsa cifra comenzó a circular en el diario Clarín, específicamente. 

Según El Destape destaca en una nota, D’Alessio llegó a pedirle 1,2 millón de dólares y le dijo a su víctima que podría plantarle droga a su hijo. Pero el empresario se negaba a firmar la venta de las acciones de la empresa. 

Luego, el calvo implicado junto a Stornelli, comenzó a mandarle mensajes para "ablandarlo" con datos de su vida privada: pasaportes, DNI, datos de su mujer, llamadas, datos de su vivienda, alquileres y demás cuestiones para amedrentarlo. 

“D'Alessio me decía que se armaba una causa judicial y paralelamente me estaban investigando a mí -porque me presentaba documentos con mis datos personales- y que toda esa información que él me mostraba desde su computadora, no estaba en la denuncia judicial pero que después la iban a agregar o presentar”, expresó Cifuentes en su declaración.

Cuando Cifuentes quiso irse de la reunión, D'Alessio prácticamente lo obligó a subirse a su Audi: "Subimos al auto y vi que tenía armas ahí adentro -era un arma larga entre los asientos, creo que era un fusil o una escopeta no lo recuerdo-, además del arma que pude ver que tenía en la cintura”. Además contó que prendió unas sirenas de tipo policía y manejaba muy rápido, pasando los semáforos en rojo. El empresario filmó el viaje y eso es parte de las pruebas presentadas. 

El papel de Daniel Santoro y el apriete periodístico

Casualmente, el 4 de abil pasado, D'Alessio lo llamó y le dijo: "Mirá esta noche Animales Sueltos". Durante esa emisión el periodista, Daniel Santoro, habló del caso de corrupción de "una empresa constructora de Brasil" y expresó: "La empresa constructora O.P.S. que le arregló el departamento y que eso es el pago de la coima para recibir trabajos en Petrobrás"... a lo que sentenció: "Era un mensaje para mí". 

El 6 de abril publicó Santoro una nota en Clarín titulada “El nuevo Lázaro Báez: debe $ 800 millones y lo investigan por lavado de dinero”. En la volanta aclaraba: “Otro empresario K que hizo negocios millonarios con el Estado”.

“En otros días, también sacaron notas similares del mismo tenor, con datos erróneos y maliciosos.Siempre fue el diario Clarín”, señaló Cifuentes. Todas estas notas, tal como otra que titula: "Descubren nuevos vínculos financieros entre los Kirchner, Báez, Cristóbal López y Cifuentes", están firmadas por Daniel Santoro para el "gran diario argentino".

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