Perder trágicamente a un compañero de trabajo es muy duro. Y cuando son dos que murieron en cumplimiento de su deber el dolor se multiplica. 

Alberto Crescenti está teniendo, además, un trabajo impresionante y sin descanso desde la declaración de la pandemia.

El hombre no aguantó más y al despedir a sus colegas bomberos no pudo contenerse y se quebró.