Es al menos engañoso -por no decir sucio- el dato en boca del abogado Francisco Otero, al afirmar que casi la totalidad de los casos de violación termina en condena. Mientras la línea de ayuda para la mujer en situación de violencia doméstica y agresión sexual registró un pico de 300 llamados por día, los datos expuestos por la Unidad Fiscal de Ejecución Penal de la Procuración reflejan que entre abusos y violaciones, hubo apenas alrededor de 300 condenados en todo 2016 y la mitad de ellos correspondieron a casos de violación.  

Mientras el letrado hablaba en el móvil, en el piso estaba la actriz y escritora Zuleika Esnal, autora de "Estoy Acá", el libro en donde cuenta 100 casos de violencia de género, víctimas con las cuáles mantiene contacto permanente. Esnal se enojó muchísimo al entender que Otero intentaba tergiversar la situación que padecen las mujeres al denunciar situaciones de abuso.

Otero pronunciaba su defensa del sistema jurídico y calificaba la avanzada del colectivo de mujeres al calor del feminismo como "justicias por mano propia y venganza": Esnal no dudó un segundo en desacreditar sus dichos y la tensión fue en aumento. 

La pelea discursiva se agarra de variables distintas, pero en un contexto de tal sensibilidad, resulta penoso que se quiera instalar una situación que no es tal. Mientas Esnal conoce el terreno de las dificultades de toda índole para que los casos avancen los juicios y lleguen a una condena, Otero apenas se agarra de estadísticas sin un análisis pormenorizado.