Donald Trump, el candidato republicano que pretende expulsar a los inmigrantes y amurallar la frontera entre los Estados Unidos y México para impedir el paso de personas, parece tener alumnos en nuestro país. El fiscal federal de Orán, José Luis Bruno, pretende imitarlo.

"No es una solución, pero sería un paliativo para frenar el contrabando de drogas y el tráfico de personas y de divisas", dijo el funcionario judicial para explicar su pedido de construcción de un muro en la frontera con Bolivia.

Además del muro de tres metros de alto y doce kilómetros de alto entre la zona de Aguas Blancas, en Salta, y la ciudad boliviana de Bermejo, Bruno quiere un destacamento de la Gendarmería con 400 efectivos y el cierre del puerto Chalanas.

Es que, según el fiscal, "la zona permite hacer un muchos negocios ilegales" y, por lo tanto, "la construcción de un murallón" servirá "para encauzar el caudal del río Bermejo", convirtiéndose en "un obstáculo más para los contrabandistas" y, claro está, para las personas que pretendan pasar de un lado a otro de la frontera.

¿Y de tomar medidas que, por el contrario, eviten el contrabando –de haberlo– y de paso ayuden a la integración de esas poblaciones donde muchos son familiares entre sí, de un lado y otro de la frontera argentino-boliviana? Ni hablar...