Tony Yahle, de 38 años, estuvo muerto por 45 minutos. Todos los intentos de reanimarlo previos a ese momento fracasaron tanto en la casa como en la unidad de cuidados intensivos del centro médico de la Universidad de Ohio.


"En los últimos 20 años nunca he visto que alguien a quien hayamos declarado muerto haya vuelto… nunca lo he visto", dijo el cardiólogo Raja Nazir, que quedó atónito después del suceso. Para los doctores también es "inexplicable" la causa del repentino problema cardíaco que sufrió el paciente en su dormitorio a las cuatro de la madrugada.


Lo que une a los familiares que estaban al lado de Tony Yahle en el momento más difícil es que en ningún momento perdieron la esperanza. Así lo confiesa su mujer, Melissa, y también su hijo Lawrence, de 17 años, quien describió a los medios de comunicación locales el momento cuando bajó la escalera de su casa para ver a su padre sin señales de vida.


"Fijé mi mirada en él y dije: Padre, tu no vas a morir hoy". El adolescente permaneció junto al cuerpo pocos segundos después de que la madre dejara sus intentos de reanimarlo. Estaba a punto de salir para reunirse con otros miembros de la familia cuando sintió algo inesperado: "Volví de la desesperación a la esperanza en un instante".


Los parientes avisaron las autoridades y el hombre fue trasladado al servicio de urgencia en un helicóptero. Allí fue atendido por cinco médicos, pero todo en vano.