Cuando Grottini llegó a la empresa funeraria Exequial Service de San Nicolás donde trabajaba contó que su madre, Teresita Noemí, había fallecido en el hospital San Felipe, y que quería velarla y cremarla ese mismo día.

Todos se compadecieron de la mala suerte que lo perseguía porque en 2019 había muerto su hermano menor, Germán, un guardavida de 32 años sano y en perfecto estado físico. Y su hija Aylén, de diez años, había fallecido en julio de 2021. Lo único que unía ambos casos es que ambos habían fallecido dentro del hospital y en cuestión de días, sin patologías discernibles

A Grottini lo definen, quienes lo conocen, como “un hombre muy católico”, y muy cerrado en su vida personal donde no se relacionaba con sus compañeros de trabajo.

A pesar del deseo de cremar a su madre, ésta no se realizó porque una médica del hospital San Felipe formuló una denuncia por su muerte el sábado por la madrugada, que fue recibida por la UFI N°12 de San Nicolás a cargo de María Belén Baños, donde se le hizo una autopsia.

El martes 26, Grottini fue detenido por la DDI de San Nicolás acusado de inyectar diazepam en el suero de su madre para causarle la muerte lo que llevó a se lo imputara también por las muertes de su hija y su hermano.

A esto se llegó porque la autopsia no encontró signos de una muerte violenta y la pericia que se llevará adelante la próxima semana es la que determinará qué la mató.

El acusado se negó a declarar y se encuentra detenido, mientras se allanó su casa. Es probable que se le haga un análisis psiquiátrico.