La preocupación por la situación actual enfrenta la pérdida del área ya sembrada de trigo y la cosecha fina que comienza en el mes de noviembre: 1,19 millones de hectáreas quedarían fuera de la campaña 2017/2018, lo que representaría pérdidas por unos 1138,5 millones de dólares.

Durante el fin de semana en Bolívar, las lluvias fueron de 30 a 160 milímetros, hubo 80 milímetros en Daireaux, 70 en Henderson, 100 en Carlos Casares y de 45 a 80 milímetros en General Villegas, según informó La Nación.

Al inicio de septiembre, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) estimó en base a imágenes satelitales, una superficie de ocho millones de hectáreas afectadas -desde la desembocadura del río Salado, en la bahía de Samborombón, atravesando toda esa región, hasta La Pampa y Córdoba- pero las precipitaciones del fin de semana ampliaron los cálculos de esa área "por lo menos dos millones de hectáreas más de las que había comprometidas hace quince días", según Pablo Ginestet, un integrante de Carbap.

La totalidad de superficie anegada comprende 300.000 hectáreas de trigo(entre lo que ya no se pudo sembrar, lo implantado y lo perdido, otras 650.000 hectáreas de la nueva siembra de soja, una 150.000 hectáreas de maíz y 50.000 de girasol.