Mientras que desde la conducción nacional de la UTA califican como “trastornados” a la seccional y a los delegados cordobeses que encabezan el paro en esa provincia, los gremios mediterráneos ya hablan de “paro general” en toda la provincia.

Fue el secretario de Interior de la UTA, Jorge Kiener, quien tildó de "trastornado" al principal dirigente provincial del conflicto que mantiene en vilo el transporte público cordobés, Marcelo Marín, a quien le pidió "encuadrar el conflicto en el marco legal".

Como se sabe, Marín y los huelguistas piden trasladar a nivel nominal el básico logrado en la paritaria nacional, para que la suba salarial pase de 21 a 32 por ciento en Córdoba, a lo que Kiene calificó como “una locura”.

Además consideró que el dirigente cordobés "es un trastornado. Tiene dos meses de delegado, no sabe ni cómo son las paritarias" y "se montó en una locura".

Sin embargo, el gremialismo cordobés parece no considerar como “locura” la medida de fuerza que el intendente Ramón Mestre sólo pudo morigerar al militarizar el transporte público de la capital provincial. Por el contrario, ya hablan de “huelga general”.

Fue el secretario de Derechos Humanos del Sindicato de Luz y Fuerza, Alfredo Seydell, quien por radio 10 anunció que, de continuar el conflicto, "hay serias posibilidades de declarar la huelga general en Córdoba", y culpó de ello a la “política nacional”.

Incluso responsabilizó a la conducción nacional de la Unión Tranviarios Automotor por frustrar un acuerdo conveniente para los trabajadores cordobeses, ya que “cuando el empresariado estaba dispuesto a poner el dinero (que reclaman y motivó la huelga), UTA nacional rechazó el acuerdo que se había logrado".