Las denuncias de las propias víctimas, niños y niñas sordomudos de entre 10 y 12 años de edad, que a través de intérpretes advirtieron a una senadora mendocina aberrantes hechos de abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos.

El caso tomó estado público en las últimas horas y se destapó un aberrante hábito en el Instituto Próvolo de Luján, donde asisten niños sordos e hipoacúsicos, en Mendoza. La Procuración General de la provincia decidió que un nuevo fiscal colabore con Fabricio Sidoti "por la dimensión de la causa", en palabras del procurador general, Alejandro Gullé, en declaraciones a Radio Mitre Mendoza.

Las primeras detenciones tuvieron lugar el pasado viernes: Nicola Corradi, de 82 años, es un sacerdote italiano que llegó a nuestra país huyendo de Europa donde las denuncias que pesaban sobre él por  "violaciones, masturbaciones obligadas por curas y relaciones de sodomía cometidas en los dormitorios", mientras que Horacio Corbacho se ordenó como sacerdote en 2006, y fue el primer argentino de la "Compañía de María para la Educación de los Sordomudos".

Luego se sumaron tres demorados más: las autoridades informaron la aprehensión de José Luis Ojeda empleado del Próvolo, del monaguillo que realizaba tareas administrativas en el instituto, además de un quinto sujeto del que no trascendió su identidad.

Los sacerdotes y Ojeda enfrentan cargos por abuso sexual agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores, en concurso real con corrupción de menores. En la fiscalía se confirmaron más de 10 casos, pero estiman que son al menos 60.

"Esto es un horror, hemos destapado algo horroroso. La denuncia la hizo una de las chicas que fue abusada desde niña, y el procurador Gullé tomó de inmediato el tema. Por lo que entiendo son muchos los chicos vejados, muchos de ellos no han hablado aún, pero otros sí y su verdad salió a la luz", le dijo la senadora radical, Daniela García, a Radio Andina.

Según informó un artículo de La Izquierda Diario, Corradi era parte de un grupo de 130 curas denunciados que llegaron en la década de 1980 desde el viejo continente como 'refugiados encubierto' de la Iglesia Católica, y fueron distribuidos entre Mendoza y La Plata, las ciudades argentinas donde la institución de origen italiano tienen sedes. Desde 1839 existe en el país europeo, al servicio de la educación, instrucción y asistencia de personas sordomudas, mientras que existe en Argentina desde 1914.

“Los curas involucrados fueron aproximadamente 130. Algunos de ellos fueron trasladados a la Argentina, particularmente a La Plata y Mendoza. En esta última ciudad recaló el cura Corradi, actualmente octogenario, quien cometió abuso de poder contra docentes y alumnos. Extraoficialmente se sabe que hubo abuso sexual contra algunos alumnos. Cuando reclamaron los padres se les “compró” el silencio con indemnizaciones”, según consignó una nota de La Izquierda Diario.

El Próvolo está en el marco de la Dirección de Educación Privada y recibe un subsidio del 100% por parte del Estado y cobra una cuota de 2.050 pesos mensuales de las familias de los alumnos, según detalló el sitio Mdzol.