Demasiado limpia para una gestión educativa tan sucia. Así es la manera de accionar del Gobierno porteño: si no acatás las órdenes no importa ni siquiera el respaldo de la comunidad, la experiencia o los valores, todo lo que importa es garantizar el debilitamiento ala escuela pública. Así se dio el disciplinamiento que sufrió Raquel Papalardo apoyada por las familias, los estudiantes, los maestros, pero no por la administración macrista.

Apenas días después de que se conociera la expulsión de Papalardo, la directora del Mariano Acosta, la comunidad salió a la calle para pedir su restitución y reinvindicar su lucha a favor de la escuela pública y los valores democráticos para los jóvenes.

En una entrevista con Radio Caput, Papalardo se emocionó al compartir una breve comunicación con el representante del Centro de Estudiantes del colegio porteño, mientras se desarrollaba un abrazo simbólico en rechazo a la resolución persecutoria del Gobierno que conduce Horacio Rodríguez Larreta.