Ignacio González acordó en 2013 con Mauricio Macri la venta de varios trenes obsoletos que en 2014 fueron instalados en la Línea B de subtes. Aquella operación le costó al gobierno porteño más dinero que lo presupuestado por unidades 0km.

González fue arrestado este jueves en Madrid, en el marco de la investigación por una mega causa de corrupción: la justicia española intenta determinar la adjudicación de contratos públicos por parte del Gobierno regional de la capital, con un presunto desvío de fondos al PP y hacia el propio Ignacio González.

La causa conocida como Operación Lezo comprendería una trama de corrupción y financiamiento ilegal de la política, con empresas contratadas por el Estado, por ejemplo Obrascón Huarte Lain. 

González debe declarar ante el juez este viernes acusado de comisiones para la adjudicación en el contrato para la construcción de un ferrocarril entre dos localidades madrileñas, que nunca se realizó.

Según el diario español El País, a González “se le considera el presunto cabecilla de una trama que durante años desvió fondos públicos para su enriquecimiento personal”, mientras ocupara el cargo de presidente de la Comunidad de Madrid entre 2012 y 2015. En este mismo periodo celebró la venta de los trenes CAF 6000 al Gobierno de Mauricio Macri. 

Las imágenes de González supervisando el envío de los trenes en 2014, evidencia que mostró la operación como un éxito de su gestión. El año pasado se difundieron imágenes donde se ve que los mismos coches que funcionan ahora en la Línea B, son usados para probar explosivos.