Desde hace años, organizaciones sociales y políticas reclaman al gobierno de Jujuy que se declare la emergencia en violencia sexual y doméstica, pero sistemáticamente les ha sido rechazado el reclamo.

Y el gobierno de Gerardo Morales, el mismo que mantiene prisionera a Milagro Sala, hace oídos sordos al pedido a pesar de que, en lo que va del año, ya se produjeron seis femicidios, convirtiéndose en la provincia más peligrosa para ser mujer.

En efecto, Jujuy ostenta la tasa de femicidios más alta del país: triplica a la de la Ciudad de Buenos Aires. Según datos del Registro Nacional de Femicidios de la Corte Suprema de Justicia, diez muertes se produjeron en 2016, lo que representa una incidencia de 2,68 víctimas fatales cada 100.000 mujeres.

"Especialmente en Jujuy hay una situación de mucha opresión hacia las mujeres, con historias que expresan dominación, una condición de objetos, que desde hace décadas se repite en un sistema prácticamente semi feudal", dijo Mariana Vargas, de la Multisectorial de Mujeres de la provincia.

En diálogo con la agencia Télam, la jueza del Superior Tribunal de Justicia de Jujuy y encargada de la Oficina de la Mujer del Poder Judicial, Beatriz Altamirano, aseguró que "los femicidios vienen precedidos de hechos de violencia que algunas veces son denunciados, pero muchas otras no, por el peregrinar que tiene que realizar la mujer, porque la hacen esperar turnos o la pasan de una oficina a otra".