En su descargo vía Twitter, las co-directoras de Latfem dejaron en claro que cubrieron desde la primera hora cada una de las audiencias y debates en torno a la ley que prevé el aborto legal, seguro y gratuito, pero también desde el primer momento, el Senado recibió con hostilidad a la prensa feminista.

"Nos revisaron las carteras, nos hicieron guardar nuestros pañuelos verdes y la primera reunión de comisiones nos quedamos afuera por una supuesta falta de espacio”, recordaron.

A pesar de que María Florencia Alcaraz y Agustina Paz Frontera estaban acreditadas como corresponde, "al intentar acceder al edificio para retirar las acreditaciones nos informaron que tenemos prohibido el ingreso por insultar y agraviar a unx senadorx el miércoles 1° de agosto y que el personal de Seguridad había actuado de oficio y emitido un alerta en nuestra contra", explicaron sobre los motivos que esgrimieron en el ingreso para evitar que realizaran sus tareas periodísticas. 

"Nos sorprende que no nos hayan llamado la atención, notificado ni solicitado nuestros nombres el día en el que se nos acusa de haber incurrido en una falta. Creemos que nos “marcaron”. Además del ejercicio de la libertad de expresión, se ve afectado nuestro trabajo", reclamaron.

"Cientos de medios internacionales cubrirán tanto la vigilia convocada por las organizaciones feministas como la sesión. La Presidencia de la Cámara toma, en este contexto, una decisión política que confirma lo que hace semanas sabemos: la voluntad deliberada de restringir el acceso a los medios independientes que expresan la voz del clamor popular por el aborto legal, pero que además cubren con eficacia y profesionalismo este proceso de la democracia", dejaron en claro sobre los motivos que presumen sobre la decisión política de dejarlas afuera.

"Sabemos que lo que irrita es el periodismo feminista. Es haber contado cada paso de esta ley con independencia de la operación de turno, y con la convicción de que construimos con palabras e imágenes el mundo en el que queremos vivir. Nos quieren quietas, sumisas, quieren periodistas que terminan su trabajo cuando cierra la jornada laboral y quieren que no ofrezcamos nuestra mirada como garantía de autenticidad. Un periodista no debería ser mujer, no debería ser joven y no debería ser feminista", ahondaron sobre el resultado de su trabajo en aquellos que quieren mantener el statu quo y mirar para otro lado cuando las necesidades están frente a sus narices.