La “Orden Interna Reservada” de la Policía de la Ciudad es escalofriante, sobre todo en la antesala a una masiva movilización para reclamarle al estado por la desaparición forzada de Santiago Maldonado, que se repetirá a lo largo del país. 

Las instrucciones hablan de “posibles acometimientos y ataques” durante las concentraciones, incluso advierte a los uniformados sobre la posibilidad de ser secuestrados por “células anarquistas”: de esta manera, las fuerzas de seguridad pretenden instalar ese nefasto concepto del 'enemigo interno' o los llamados 'subversivos' en la Doctrina de Seguridad Nacional de la dictadura cívico-militar.

“Hay grupos anarquistas y kirchneristas que están instalando un clima de violencia utilizando políticamente la desaparición de Maldonado”, declaró al diario La Nación un “alto funcionario”, mientras la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, informó sobre “el intento de esos grupos de alterar el orden público” y supuestos “contactos” entre “anarquistas argentinos y chilenos”, entre otras declaraciones que apuntan a “facciones trotskistas, kirchneristas y revolucionarios” (sic), que según “la Justicia” serían autores “70 hechos de violencia”. 

La ordenanza lleva la firma del comisionado mayor Osvaldo Oscar Masulli, jefe de la División de Operaciones Urbanas (DOU): se trata de un jefe imputado por la represión en el Indoamericano en 2010, participante de las represiones en el Hospital Borda y en la Sala Alberdi del Centro Cultural San Martín en 2013, según informó Página 12.

Según el documento publicado por Nueva Ciudad, Masulli sostiene que existe planificación de “ataques”, aunque no la detalla bajo la excusa de que “son de dominio público”, al tiempo que sugiere que “estas agresiones pueden escalar” basándose en  información que circula en “distintas redes sociales” sobre marchas y actividades “de agitación”.

En busca de generar una actitud de confrontación directa en los efectivos, el comisionado advirtió sobre el riesgo de “la posibilidad de ser blancos rentables de células anarquistas que desconocen la autoridad del Estado y ven al personal policial como exponente del mismo en la vía pública”.