El hecho sucedió en Chaco, en la capital, y el edificio se ubica en la avenida Las Heras al 700, donde un vidrio pesado se desprendió del techo y cayó en la entrada, justo un joven ingresaba a su propiedad, y rápido de reflejos, se salvó de que lo aplastase. 

El joven se llama Pablo Onocko, estudiante universitario, y junto a él se encontraba el guardia de seguridad, que también logró evitar el impacto. 

"El susto que me di no se puede creer, no caigo todavía de lo que me salvé de casualidad", expresó el joven a radio FM Real/Las Breñas Digital. 

También relató lo que se le pasó por la cabeza en aquél momento. "Estar al borde de la muerte no se puede explicar la verdad, se paró el mundo por un segundo para mi" y agregó: "La verdad es que reaccioné justo. Yo estaba hablando con el guardia porque el viento no me dejaba cerrar la puerta y ahí se escuchó como se despegaba el vidrio".

"El guardia salió corriendo, el vidrio me cubría completo, pensé que me caía encima y reaccioné rápido saltando para atrás y no me paso nada", detalló Pablo. "No se puede -continuó- creer, fue un segundo. Se paró el mundo para que yo pudiera zafar".