Bajo los escombros de Amatrice, uno de los pueblos del centro de Italia golpeados por el potente terremoto de la madrugada del miércoles, se distingue un pequeño pie. "¡Pietro! ¡Pietro!", grita un rescatista ante el esperanzador descubrimiento.

Debajo del polvo emerge una niña, aún viva. Emocionados todos aplauden, la niña, desorientada, fue inmediatamente llevada al hospital. 

El terremeto tiene, por el mometo, al menos 247 muertos y tuvo una magnitud 6,2 en la escala Richter. La cifra podría aumentar, ya que más de 24 horas después del sismo decenas de personas permanecen soterradas en Amatricey en Accumoli y Pescara del Tronto, las otras localidades afectadas.