Desde la Corriente Clasista Combativa (CCC) calificaron el hecho como un grave ataque de disciplinamiento, contra las organizaciones sociales que protestan contra el ajuste del macrismo, y una muestra más de que las políticas represivas más oscuras se están volviendo moneda corriente.

La histórica integrante del Partido Comunista Revolucionario (PCR) y la CCC llegaba a su domicilio en Villa Martelli, Vicente López, cuando adivinó por el espejo retrovisor a un hombre en una moto que desempuñaba un arma: las pericias determinaron que era una pistola 9 milímetros, las mismas que usan las fuerzas de seguridad. 

La mujer alcanzó a cubrirse con el brazo y agacharse, y aunque recibió dos balazos en su brazo y otro en el pecho, tuvo la suerte de que no afectaran órganos vitales, por lo que se recupera favorablemente.

Según el diario Perfil, las fuentes de la investigación creen que no se debe descartar la hipótesis de un ataque narco ya que los trabajos barriales de la CCC son conocidos por enfrentarse al narcotráfico. 

Sin embargo, el hijo de la víctima también contó que la pareja de Rosales también sufrió un ataque a su automóvil, en un domicilio del cual no se tienen registros, ya que se habían mudado hace pocas semanas. El dato evidencia un trabajo de inteligencia previo al ataque que solo por casualidad, no fue mortal.