El rostro de la icónica enfermera pidiendo silencio es de una argentina
En el día en el que se conmemora y homenajea a la pionera de la enfermería moderna, Florence Nightingale; el famoso rostro de una enfermera pidiendo silencio es de la modelo Muriel Mercedes Wabney.
Todos los 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermería en el que se recuerda a Florence Nightingale que fundó en el siglo XIX la Escuela Oficial de Enfermeras y que fue verdaderamente revolucionaria para mejorar el sistema de salud y atención a los convalecientes.
Cuando uno piensa en las enfermeras una imagen que muchas veces se representa en nuestras mentes es la de la mujer pidiendo silencio con su dedo. Un rostro que se volvió un icono y que muchos no todos saben que ese rostro es de una modelo argentina llamada Muriel Mercedes Wabney.
En 1947 firmó un contrato de exclusividad para presentar las colecciones de Harrod's, participó del programa de TV de Jean Cartier, y lució en pasarela los vestidos de la estrella norteamericana Linda Darnell.
Según indicó el periodista Alfredo Serra "la única historia rastreable del cuadro shhhhh, revelada por la ya desaparecida revista Paralelo 38 en los 70, la idea fue de un tal Juan Craichik, jefe de visitadores médicos de la empresa Taranto, fábrica de instrumental y laboratorio."
Craichik destacó que en 1953 fue que tuvo la idea cuando visitaba por su trabajo un hospital de Rosario. "La sala estaba atestada, y cada tanto una enfermera pedía, sin éxito, silencio. Entonces se me ocurrió crear una imagen elocuente que cumpliera la misma función", planteó el visitador médico.
Después de presentar el proyecto a su empresa, se eligió a Muriel Mercedes Wabney entre otras modelos profesionales. Craichik explicó que "su cara era distinta, suave, armoniosa, de mirada dulce…, autoritariamente dulce".
El autor de la idea dijo que la empresa "Taranto" no lucró con la distribución mundial de esa imagen: "la regaló a hospitales, maternidades, clínicas, etcétera".
"En cuanto a Wabney, rara vez aceptó hablar públicamente, dijo que era casada, que no tenía hijos, y negó confesar cuánto le pagaron por la foto y su multiplicación ad infinitum…: casi tan enigmática como su anónima cara impartiendo silencio.", escribió Alfredo Serra para Infobae.
