El gobierno de Cambiemos decidió mover la sala de prensa. La sala se encuentra en su actual ubicación desde hace más de 70 años. En 2007, el Gobierno kirchnerista intentó llevar a los periodistas al segundo piso del edificio, a un espacio anexo a la sala de conferencias, pero hubo tanta resistencia por parte de los medios que se dio marcha atrás a la medida. 

Ahora, con la "excusa" de "dotar de mayor funcionalidad y tecnología" a la sala de periodistas acreditados ante la Casa Rosada, el Gobierno desempolvó el proyecto para sacar del primer piso del edificio al lugar de trabajo de los acreditados por los medios. Cabe señalar que en este piso se encuentra el despacho presidencial, la oficina del vicepresidente, el Salón Blanco, entre otros espacios claves.

El jefe de gabinete, Marcos Peña, sostuvo: "Lo que se está viendo es la refuncionalidad de la Casa Rosada pero no se va a hacer nada que no esté en el marco del consenso. El compromiso es sentarnos a dialogar". 

Según el medio Ámbito Financiero, si bien es cierto que al principio se abrieron puertas, se eliminaron vallas y hay más diálogo con los acreditados, lentamente comenzaron a aparecer las restricciones. Volvieron las limitaciones para circular dentro de la Casa; el acceso y la información diaria es distribuida selectivamente y la agenda presidencial a veces pasa a ser un misterio.

Pero los acreditados de la sala hicieron llegar al gobierno su posición a través de una solicitada y así comenzó un nuevo debate.

Los reporteros emitieron un comunicado rechazando la medida: "La sala de prensa forma parte ya del acervo histórico de la Casa Rosada y pasaron muchos gobiernos y de todos los signos políticos". El texto, compartido a través de redes sociales, agrega: "De cerrarse la Sala de Periodistas, que en el entrepiso alberga además la sede del Círculo de Periodistas Acreditados – con personería jurídica- se cometería un grave atropello. Irreparable. Por ello, los periodistas reunidos en asamblea instamos a los funcionarios de Gobierno que oficialmente hicieron correr esa descabellada idea a que recapaciten y nos dejen trabajar con libertad de acceso a las fuentes, sin condicionamientos y en nuestro histórico y emblemático lugar de trabajo".

El Gobierno respondió con muy poca amabilidad que "Yo te digo dónde vas a comer en mi casa, no me decís vos dónde te vas a sentar. Es un edificio público. Irían a donde el Gobierno diga".