La única explicación posible es el entendimiento de una escuela como una empresa, y su necesidad de al menos empatar costos y beneficios. En el caso de las políticas que acaba de decidir la gobernadora María Eugenia Vidal, el ahorro en los costos es para las arcas del Estado provincial -a pesar de haber sido el distrito más beneficiado en enero, con 25 mil millonesde pesos, a modo de compensación por el congelamiento del Fondo del Conurbano- y los beneficios también, ya que las familias de campo deberán doblar esfuerzos para que los niños vayan a clase. 

La mandataria anunció el cierre de 39 escuelas rurales en el marco de la “Optimización de Recursos”, que incluyó la semana pasada la cancelación de otras 8 escuelas en las islas del Delta, con la excusa de las bajas matrículas.

No es más ni menos que la copia de un programa de educación estadounidense pensado en beneficio de empresas patrocinadoras. Estas escuelas se convertirán en “Centros de Formación y Oficios”, donde se incluyen “prácticas y actividades técnicas en el mercado laboral“, es decir que los alumnos trabajan gratis a beneficio de las empresas que los sustentan" según reflejó una investigación de 2016 publicada por El Disenso.

Cifras totales: en la Provincia de Buenos Aires existen 3059 escuelas donde están matriculados 109.001 alumnos. Se trata de aulas donde comparten chicos de diversas edades y los docentes explican los conocimientos de manera personal a cada uno. Con estas medidas, se cree que son al menos 50 chicos que tendrán a reacomodarse en diferentes establecimientos en la zonas urbanas más cercanas, un claro perjuicio para sus familias.

Las localidades afectadas son: Pellegrini, Chascomús, Castelli, Laprida, Lezama, Ayacucho, Laprida, Tres Arroyos, Lincoln, Tres Lomas, Lezama, Rauch, Tordillo, Pringles, Tres Arroyos, Exaltación de la Cruz, Chacabuco, Chivilcoy, 9 de Julio, General Belgrano, Rauch, Dolores, General Guido, Chaves, Coronel Dorrego, Pringles, Villarino y Olavarría.

Las escuelas rurales con menos de 10 alumnos representan anualmente un 'gasto' de 740 millones de pesos, por eso la gobernación celebra este 'ahorro', cumpliendo con uno de los puntos recomendados por el Fondo Monetario Internacional, una institución que claramente no se preocupa por la educación de nuestros chicos.

El Presidente Mauricio Macri prometió tres mil jardines en su campaña, y luego en mayo de 2016, urgido por la 'pesada herencia' osó redoblar su promesa a unas diez mil aulas. Hasta agosto de 2017 no se entregó ni una, pero el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, dijo que había 100 salas en construcción. Mientras tanto, vamos cerrando otras tantas, por supuesto empezando por las que afectan a los que menos tienen.