Los vecinos de Hurlingham contaron su drama a los medios, en una nota publicada en Infobae dan cuenta del problema que significó la llegada de 'Flybondi' al aeropuerto de esa localidad, con unos 30 vuelos diarios. 

"Ahí está. ¿Ves lo que te digo?". Beatriz señala al techo y hace silencio. No se ve pero se escucha. Los perros ladran al avión que sobrevuela la casa pero el ruido es uniforme y suena al unísono: ensordece y vulnera cualquier acción simultánea, comenta el periodista Milton Del Morald en su nota. 

Yanet vive a dos casas y su testimonio también fue de alerta: la mujer dijo que cuando el avión pasa la televisión no se escucha y, si está al teléfono, tiene que detener su charla hasta que se vaya el intenso ruido. Evidencias de una contaminación sonora no calculada, casi segura. 

"El ruido es permanente. Molesta, cómo no va a molestar. A la madrugada, a la noche, todo el día es. Cuando viene el avión pienso que se me va a caer el tanque del agua abajo. Pasan a 200 metros de mi casa y hasta me vibran las ventanas", relató Luis, otro vecinos de 85 años que está a 15 cuadras del aeropuerto.

Por esto ya denuncias elevadas, como la del colectivo vecinal Stop Flybondi Oficial, quienes iniciaron un amparo en 2017 contra la habilitación de vuelos comerciales en la base militar. 

El fiscal Jorge Di Lello se expidió el lunes 30 de julio a partir de esta presentación judicial: solicitó al juez Sergio Torres la suspensión de las operaciones del aeropuerto y reiteró el cese de vuelos de la aerolínea Flybondi hasta tanto se constate la seguridad pública. Pero evidentemente no se hizo caso.

"No es el síndrome Flybondi, es el síndrome del aeropuerto trucho", dijo Lucas Marisi, vecino y abogado, quien afirma que no se respetó el procedimiento de evaluación de impacto ambiental que debe habilitar el Ministerio de Ambiente de la Nación y el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) de la Provincia de Buenos Aires.

El letrado denuncia irregularidades en la habilitación del aeropuerto, donde sustenta su amparo: la Ley General del Ambiente y la Ley de Sitios de Memoria, por haber funcionado como centro clandestino de detención, por lo que no puede ser refaccionado ni modificado para uso comercial. El vecino afirmó que se amparan en un documento justamente firmado durante Dictadura militar, en épocas donde la zona era todo campo.

Marisi develó que en la causa adjuntaron un informe del Conicet en el que califican al aeropuerto de El Palomar como uno de los peores tres del mundo por su pésima ubicación.

"Nos enteramos desde fuentes de la fuerza aérea que como los aviones carecen de ILS (Sistema de Aterrizaje Instrumental) existe el peligro de que el piloto se confunda la pista con las luces de la ruta", expresó. Esto sin contar la desvalorización de las propiedades en la zona. 

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