"He sido difamado de una manera demoledora", comentó Ari Paluch en El Exprimidor, el programa radial que conduce. y agregó que "toqué la cadera y la parte íntima" de la sonidista de América 24 "sin querer".

El sábado la noticia se empezó a conocer por las redes sociales ya que una sonidista del canal en donde trabaja el periodista lo denunció por acoso sexual. 

Según el testimonio de la sonidista, el martes 17 se acercó a retirarle el micrófono y el conductor le tocó la cola.

A24 todavía no se pronunció al respecto de manera oficial, pero sí Ari Paluch que, además, por lo sucedido, no participó de la cobertura de las elecciones que hizo el canal.

"Fue sin intención, me di cuenta que mi mano había tocado su trasero. Pido disculpas si ella se sintió ultrajada", sostuvo el periodista dejando en claro que no pide disculpas por tocarle "la cadera" sino por si ella se sintió mal. 

Esta no es la primera vez que se lo acusa de este tipo de actos.

Aquí el descargo completo: 

La carta de Paluch a las autoridades de América:

Por la presente me comunico con ustedes con la intención de manifestar mi pesar por lo ocurrido el pasado 17 de octubre, en torno a las 14 horas en el estudio 1 de la emisora.

Al término del programa y en el apuro por la rotación que implica el cambio de horario, me despedí raudamente de los presentes en el estudio y en tales circunstancias involuntariamente al querer saludar a la señorita microfonista, sin ninguna mala intención, toqué su cadera. Inmediatamente percibí que en el movimiento mi mano había hecho contacto con parte de su trasero.

Consternado inmediatamente le pedí disculpas tal como corresponde. Inmediatamente después, como cada día, me retiré de la emisora. Notificado posteriormente que el hecho en cuestión derivó en una situación que generó una denuncia por parte de la señorita repetí enfáticamente el pedido de disculpas ya que no debí saludarla siquiera rozarla parte alguna de su anatomía.

Reitero mi disposición a manifestar que no tuve voluntad alguna de ultrajarla y que inmediatamente mis disculpas fueron sinceras, genuinas y no hicieron más que mostrar mi pronta intención de rectificar la incómoda circunstancia generada accidentalmente, sin intención, sin desearlo, sin propónermelo, sin ningún tipo de afán ultrajante.

Con el deseo de que mi sincera descripción de los hechos acerca de un lamentable accidente, sumado a mi férrea necesidad de disculparme pueda servir para cerrar este lamentable e indeseado capítulo me despido apenado y a su vez esperanzado a que esta misiva sirva para restablecer la armonía y el buen entendimiento entre compañeros de trabajo.