Los cambios de hábito

A la hora de definir el perfil de los potenciales infieles, los cambios repentinos de hábitos representan la alarma más clara que puede hacer sonar un infiel. Cuando el comportamiento o ciertas rutinas se alteran de golpe y se mantienen durante un período, puede ser una señal de una aventura amorosa fuera de casa.

El uso del celular:

El teléfono y las redes sociales son la primera causa de peleas en las parejas, Es importante tener presente cuál es el comportamiento habitual de cada integrante de la pareja con su celular dentro de la casa. Aquel que se vuelve un obsesivo del aparato, que lo lleva consigo hasta cuando tiene que ir al baño y que le prohibe a su pareja incluso tocarlo para acomodarlo, puede ser objeto de sospecha. 

La ropa interior:

Si queremos profundizar más la paranoia, podemos ir un poco más allá, Una excelente estrategia para quienes desconfían es analizar qué tipo de ropa interior usa la pareja en cada día de la semana. Si un dia cualquiera, se pone la mejor lencería, o el mejor boxer, es un elemento a tener en cuenta para el no ser víctimas de unos cuernos inmensos.

Los horarios. 

Cuando empiezan a aparecer de golpe innumerables reuniones laborales, o actividades extra fuera de los horarios regulares, es una señal clara de que algo puede estar sucediendo. Si una persona no acostumbra a tenerlas y de repente llena su semana de ellas, es por lo menos sospechoso.

El dinero:

Cuando empiezan a haber gastos repetidos y abundantes por parte de un integrante de la pareja, y que no están justificados, no solamente hay un infiel, sino un desprolijo. El pago de un hotel transitorio durante al menos tres días a la semana puede afectar y mucho al bolsillo de un ciudadano medio.

Fuente: Infobae