Seis personas permanecían internadas en Mendoza a causa de las heridas sufridas en el trágico vuelco de un ómnibus chileno en la zona de alta montaña, tres de los cuales son niños que quedaron huérfanos.

De los 22 heridos que dejó el siniestro protagonizado por un micro de la empresa chilena Turbus, seis permanecen internados y en las últimas horas una mujer fue dada de alta. De ellos, tres son niños que, además, están recibiendo asistencia psicológica, informó el director del Hospital Pediátrico "Humberto Notti", Raúl Rufeil y agregó que presentan una evolución favorable.

"Uno de los pacientes que estaba en terapia va a pasar a sala común junto a su hermano, para que estén acompañados y también para que las psicólogas les den todo el apoyo que necesitan", puntualizó, al recordar que entre los 19 muertos en el accidente, se encontraban la madre y el padre de ambos.
En tanto, el tercer chico que estaba en el Notti perdió a su madre en el accidente.

"Son las verdaderas heridas, porque una herida de cuero cabelludo o una fractura se puede solucionar con puntos o con yeso pero esas son las heridas que tienen más impacto en la vida de un niño. El hospital cuenta con un equipo de psicólogos que han trabajado todo el fin de semana", agregó el médico.

"Los tres han tenido una situación muy crítica, traumática, no solamente psicológica sino también física, como para decir que están fuera de peligro. Pero sí nos alienta que lentamente han ido evolucionando adecuadamente. Uno espera que continúen con la misma situación", subrayó el gerente asistencial del mismo centro de salud, Héctor Abate.