El Tribunal Oral Criminal N°2  de Jujuy, presidido por el juez Antonio Llermanos decidió por mayoría absolver con el beneficio de la duda a la dirigente por el delito de amenazas, por el que había sido acusada por dos policías de la seccional 56 de Alto Comedero. 

El Tribunal integrado por los jueces Antonio Llermanos, Luís Ernesto Kamada y Mario Ramón Puig decidió eximir a Sala en aplicación del principio "in dubio pro reo" por el cual en caso de duda o por falta de pruebas, se favorece al imputado.

En su parte resolutoria, la sentencia de los jueces no dio lugar al pedido de la fiscalía y de la querella, quienes solicitaron la pena máxima en el marco de la causa por amenazas, sugiriendo que se le dicte 4 años de prisión efectiva. 

Ahora, el juez de instrucción Pablo Pullen Llermanos, -quien estaba esperando la sentencia de este juicio para resolver el pedido de la Corte Suprema para que Sala vuelva al arresto domiciliario- deberá definir si ordena el traslado desde el penal de Alto Comedero a alguna de las casas de la ex diputada jujeña.

Si bien aún no se conocen los fundamentos de la resolución final, puede deducirse que para los jueces el testimonio de los acusadores no fue prueba suficiente para dar por sentado que Milagro Sala había cometido el delito de amenazas. 

La defensa de la dirigente por su parte tuvo éxito al minimizar el episodio por el que la dirigente llegó a ser juzgada este día, y subrayó que la fiscalía evidenció su animosidad contra la dirigente durante todo el proceso y en los alegatos en particular.  

"Esta causa no podría haber llegado nunca a juicio; los tres años que ha tenido sometido a este proceso penal no tuvieron ningún sustento", dijo la abogada Elizabeth Gómez Alcorta, defensora de Sala. 

Esta fue la tercera audiencia del juicio. En la primera, la dirigente social se mostró enojada, consideró que el proceso era una “payasada”, que la causa estaba “armada” por el gobernador radical Gerardo Morales y que sabía que iba a “recibir una sentencia directamente”.

“Yo nunca amenacé a nadie con una supuesta bomba como dicen, ese no es mi léxico, todos saben que putear, puteo, y que cuando tuve que agarrarme a piñas, me agarré, pero no amenacé a nadie. Es mentira”, dijo Sala en su declaración.

La causa es conocida como la de “las bombachas”. Se originó cuando la hija de María Molina, integrante de la Tupac Amaru y cercana a Sala, fue a pasear a una feria y se encontró con un puesto que vendía la ropa interior que su madre le había traído de Italia y que, aún con las etiquetas puestas, había sido sustraído de su casa durante una entradera.