"El Chino me mató a mi mamá", le contó Uriel, hijastro del asesino, a Marcelo, un vecino del barrio que presenció la segunda parte de la masacre en persona.

El hombre contó que el niño tocó desesperado a su puerta, luego de haber visto como Diego Loscalzo mataba a toda su familia, y luego de que le perdonara la vida.

Según se supo, el hombre le apoyó un arma en el pecho al menor quien le tuvo que rogar que no lo mate: "Papá, por favor, no me mates", dijo el chico.