Al cumplirse siete días desde la última vez que el submarino mantuvo contacto con la base naval se entra en la etapa crítica de la búsqueda ya que estarían comenzando a quedarse sin oxígeno.

El martes, cerca de las 19, un buque británico observó tres bengalas de emergencia: dos de color naranja y una blanca. A partir de ese momento se desplegaron distintos mecanismos para encontrar la zona desde donde habrían partido las señales lumínicas, pero todos fallaron. "No tenemos ningún rastro del submarino", resaltó el portavoz de la Armada, Enrique Balbi. 

"No sabemos de dónde vinieron las bengalas. Fueron vistas al este. A las 200 millas está el caladero más importante del Atlántico Sur y es una zona que está repleta de pesqueros", desarrolló Balbi.

En principio se cree que esas bengalas, manchas y nuevos ruidos que fueron observados en las últimas horas no se condicen con el buque sumergible argentino que tiene 44 tripulantes a bordo.

Anoche, distintos medios se habían hecho eco de una fuerte versión que indicaba que la embarcación había sido hallada a 300 kilómetros de Península de Valdés gracias a un radar de un avión de los Estados Unidos. Dicha información fue desmentida terminantemente por Balbi. 

"Les pido a las familias que no pierdan las esperanzas. La Armada está haciendo todo lo humanamente posible en una operación de extrema magnitud en la que generosamente colaboran otros países. No vamos a dejar de procesar ninguno de los indicios que aparecen y los vamos mantener al tanto de todas novedades: las buenas y las no tan buenas", aseguró el vocero de la Armada.