Luego de la gran convocatoria que se realizó por el Día internacional de la mujer trabajadora, organizado por el colectivo Ni Una Menos, se vio apañado al final de la marcha del Paro Internacional de mujeres, cuando alrededor de 20 chicas fueron detenidas por la Policía de la Ciudad. 

Una de las detenidas en la noche del miércoles, Laura Arnés, periodista y colaboradora del Suplemento Soy de Página/12, contó que la "razzia policial" se sucedió dos horas después de la movilización y a varias cuadras de Plaza de Mayo. "Nunca llegué a la Catedral, nunca llegué a la Plaza de Mayo, no estuve ahí en ningún momento", afirmó. 

Arnés cuenta que la policía la amenazó con romperle "los brazos" si se resistía y que la insultaban:" me empiezan a gritar que soy una negra de mierda y que por eso voy a ir a la cárcel" y que, junto a las chicas, fueron trasladadas "a pie" hasta los camiones policiales estacionados en Plaza de Mayo. 

Mariana Carbajal, periodista de Página 12 y miembro del CELS, comentó en la conferencia la masividad de la marcha, y remarcar que hubo "más de 250 mil mujeres" en la convocatoria en la Ciudad de Buenos Aires, agregó que fue "una jornada histórica" y que terminó "con una veintena de compañeras detenidas", que fueron liberadas en la mañana del jueves. 

María Rachid, Directora del Instituto contra la Discriminación de la Ciudad de Buenos Aires, dijo que las detenciones fueron "claramente arbitrarias" y denunció que "no hubo ningún resorte ni del Ejecutivo ni del Poder Judicial que permitiera una intervención que liberara a las compañeras y los compañeros detenidos", y remarcó que el Poder Judicial "tenía elementos para actuar con mayor claridad y no lo hizo".

La directora del Área de Justicia y Seguridad del CELS, Paula Litvachky agregó en la conferencia de prensa que lo que sucedió fue un "mensaje que aporta incertidumbre sobre la vigencia del derecho a la protesta" y puntualizó que "hubo una situación de absoluto descontrol policial". 

La directora del Área de Justicia del Celcs reiteró que hubo “detenciones indiscriminadas y masivas, sin orden judicial” y definió como “una cacería policial dos horas después de terminada la marcha” al operativo. “Son prácticas policiales que están prohibidas”, remarcó. Añadió que a ello le sigue el armado de causas para justificar la detención, lo que “da mensajes muy concretos de criminalización de la protesta”.