El mexicano Sergio González Rodríguez y los periodistas argentinos Silvina Tamous y  Dante Leguizamón;  moderados por Sebastián Hacher abrieron el debate en el Encuentro Federal de la Palabra acerca del periodismo policial.

A partir de la charla se reflexionó sobre cómo cada sociedad tiene un crimen que la describe. Tamous, periodista rosarina que trabaja sobre una cuestión candente en su ciudad como lo es el narcotráfico, reflexionó: “Mientras estamos acá transcurre un megaoperativo con tres mil agentes de las cuatro fuerzas de seguridad federales en Rosario. Pero la violencia de la banda Los Monos no es nueva, sino que viene desde hace veinte años. Por una cuestión que mezcla política y dinero, un sector que no estaba contento con la parte de la torta que les tocaba hizo que las cosas exploten”.

Por otro lado Leguizamón oriundo de Córdoba señaló: “Para entender lo que apareció en todos los medios del país sobre los narcopolicías cordobeses, tenemos que pensar en una relación directa que viene desde hace años: el crimen y la policía. Entonces si uno se queda con el instante de la noticia es poco, porque cuando te empezás a meter aparecen tramas que te arman el relato más allá del discurso que circula. Si uno revuelve las historias criminales siempre narran una complejidad y un entramado que supera al título”.

En cuanto a la manera de trabajar la violencia desde el periodismo en México, González Rodriguez habló del crimen en primera persona:  “Me enterraron la punta de un pica hielo en la pierna y después me pegaron con la cacha de un revólver hasta dejarme inconsciente. Estaba investigando los crímenes de Ciudad Juárez y después de eso me costó retomar la investigación, la violencia te quita fuerzas y uno siente que está solo, porque en la redacción no te protegen y tampoco en la calle, ni la policía. Pero soy optimista porque estoy vivo”.

Volviendo al plano local, Tamous señaló que en Rosario: “No hay sicarios, sino que la misma banda que vende las drogas se encarga de los ajustes de cuentas. Matan porque se creen que no les importa a nadie. En caso de Abel Beroiz, por ejemplo, es una muestra de la desorganización. Unos tipos que lo querían matar primero le pagaron a una banda de narcos, que se quedaron con la plata, después les pagaron a otros y también se les quedaron con la plata. Por último fue un pibito que no tenía ni idea y le clavo unas puñaladas con un cuchillo, sin matarlo, y después le tiró varios tiros. ¿Un sicario tarda tanto en matar a alguien? Eso no es ser un sicario ni un profesional del crimen”.

Desde la moderación del debate, Hacher- actual jefe de redacción de Infojus Noticias- reflexionó sobre el peligro de encandilarse con el morbo que puede generar la narración de la violencia.

Habrá otras mesas que seguirán investigando y debatiendo sobre la violencia que atraviesa la sociedad. Se puede consultar la información del encuentro en el portal de Tecnópolis.