Las toallas de mano, toallones y sábanas son ideales para la proliferación de toda clase de bacterias y hongos, acumulan células de piel muerta y secreciones salivales, anales y urinarias, así como ácaros y otros agentes patógenos, ya que tienen muchos de los requisitos indispensables para garantizarla vida de los microbios: agua, temperatura cálida, oxígeno y pH neutro.

El cuerpo humano también reúne estas condiciones ideales y por eso estamos cubiertos de microorganismos: después de secarnos los microbios y secreciones del propio cuerpo quedan depositados en la tela.

Un artículo de La Nación recopiló las opiniones de distintos especialistas en microorganismos que en diferentes rangos de probabilidades pueden proliferar enfermedades en el hogar, si no se toman los recaudos correspondientes.

Compartir las toallas no es aconsejable, ya que nuestro cuerpo queda expuesto frente a microbios de otras personas, aunque las casas no son ambientes de alto riesgo, pero en particular las mullidas telas usadas después de la ducha en particular, pueden ser fuente de preocupación.

Una consulta de la revista Women's Health en 2015 reveló que 44% de los encuestados cambiaba sábanas y toallas una vez a la semana, pero 47% lo hacía dos veces al mes o menos. Los microorganismos que viven en el entorno del cuarto de baño también son un factor a tener en cuenta.

"Si logras secarlas por completo, no más de tres usos, ese es el máximo", señaló el microbiólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, Philip Tierno a Business Insider. Una de las claves entonces es entre uso y uso se logre secar la tela por completo. 

"Bacterias y moho comienzan a acumularse, pero su crecimiento se frena a medida que la toalla se seca", apunta Kelly Reynolds, profesor de salud ambiental en la Universidad de Arizona.

La científica Sally Bloomsfield fue más radical en declaraciones a BBC: "Hay que enjuagarlas bien inmediatamente después del uso y ponerlas a secar bien", recomendó hablando de un lavarlas cada vez que son utilizadas. Secarlas al aire libre también es fundamental.