El especialista en psicología experimental, Kohske Takahashi, lo llama “ceguera por curvatura” y se trata de cómo nuestro cerebro reacciona ante una imagen que contiene líneas curvas y otras con ángulos rectos.

De acuerdo a lo indicado por el profesor de la Universidad japonesa de Chukyo, la mayoría de las personas-que ven la imagen que acompaña a esta nota- suelen intercambiar automáticamente las líneas onduladas por esquinas. El cerebro detecta un cambio repentino de gris claro a gris oscuro y lo confunde con un ángulo agudo.

La teoría de Takahashi es que la mente humana habría evolucionado para detectar en ciertas circunstancias las esquinas antes que las curvas y, en situaciones confusas o de alerta suele optar por la primera. 

Para el estudio- publicado en la revista i-Perception- el psicólogo diseñó una imagen con distintos pares de líneas onduladas mezcladas, supuestamente, con zigzag sobre un fondo blanco, gris y negro. Aunque nuestro cerebro nos indica lo contrario, todas las líneas son curvilíneas, sin puntos agudos.

Todas las rayas tienen exactamente la misma forma: una curva sinusoidal. La “ceguera por curvatura” se da específicamente en las líneas donde los trazos grises claros y oscuros terminan en un pico o en un valle. Cuando las rayas cruzan el pico o el valle, el cerebro continúa viendo ondulaciones.

“Los mecanismos subyacentes que usamos para percibir una curva suave y los que utilizamos para una esquina obtusa compiten entre sí de forma desequilibrada y las percepciones de la esquina pueden ser dominantes en el sistema visual”, detalla el estudio.

“¿Por qué vemos esquinas en lugar de curvas? Es solo una hipótesis, pero podría deberse a que los seres humanos nos hemos adaptado a la geometría dominante en nuestro entorno físico en el mundo moderno. Nuestros ojos y nuestro cerebro han evolucionado para detectar esquinas con más eficiencia que curvas”, afirma Takahashi.