La tan mentada frase de que los ricos no piden permiso esta vez se vio reflejada en este señor que no pedía permiso para robarse la mercadería.

Esta vez fue atrapado con las manos en la masa y tuvo que devolver lo robado. Ante la amenaza de llamar a un patrullero el hombre pide que le digan cuánto es para pagarlo. No es que no tuviera el dinero.