La semana pasada, 34 legisladores que responden el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, aprobaron en soledad una ley regresiva en materia de regulación de la tarea de los residentes y concurrentes del sistema público de salud de la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de que en la calle 1500 integrantes de la asamblea del sector, que había convocado un paro con movilización, eran reprimidos por la Policía de la Ciudad y siete legisladoras y legisladores, que habían salido del recinto para hacer cesar el operativo, fueron impedidos de regresar a sus bancas para la votación. 

La inciativa, entre otros puntos, regulariza la precarización absoluta de las tareas de los cerca de 1500 concurrentes —sin salario, ART, ni viáticos—, incorpora un estricto sistema de disciplina, modifica el cálculo de la actualización salarial de los residentes, abre la posibilidad de que trabajen de lunes a lunes, 64 horas a la semana. En los pocos días de tratamiento, la oposición logró incorporar mejoras como las licencias equiparables a la Ley de profesionales de la Salud, que no estaban en el proyecto oficial, a excepción de la licencia por estrés.