El profesor Miguel Wiñazki demostró a las claras que no tiene muy claro lo que pasa en las calles. 

Mientras miles de personas se volcaron a las calles de manera espontánea para expresarse en contra de la persecución a Cristina el profesor aseguró que la gente está cansada de los dedos en V.

Pero además de tratar de bajarle el precio a la manifestación popular terminó demostrando que a falta de argumentos para sostener su extraña mirada de la realidad el único recurso que le queda es el exabrupto y la descalificación y trató a la vicepresidenta de "enajenada". Triste.