María Eugenia Vidal anunció este martes que no desdoblará la elección bonaerense de la nacional, como vienen haciendo varios gobernadores y hasta amagaron hacer los pocos macristas que encabezan provincias.

Las presiones de Mauricio Macri y de su entorno pudieron más, finalmente, que los deseos de la gobernadora, quien sabe el deseo de reelección del actual Presidente podría ser un lastre a nivel provincial, teniendo en cuenta su imagen en caída y que la economía, principal factor a la hora de ejercer el voto, no muestra señales de recuperación; muy por el contrario, parece ir de mal en peor.

Por el lado de Macri y tomando como referencia las elecciones presidenciales de 2015, también sabe que le son vitales al menos dos provincias –además de CABA–: Córdoba, por la diferencia que sacaría con sus seguidores, y Buenos Aires, por el volumen de votos que sumaría para la nacional, independientemente de si gana o no en este distrito.

Ahora, con la simultaneidad de elecciones, Vidal y el macrismo en su conjunto se exponen a perder territorio bonaerense e incluso a perderlo todo: la Nación y la provincia donde octubre próximo se dará la madre de todas las batallas (electorales).