"El oficial le decía '¿vos sabes que mi vieja se jubiló gracias a vos?, justo te vengo a mandar en cana'", fue el textual que le realizó un Policía, uno de los tantos que lo fue a buscar a las 6 de la mañana Amado Boudou a su casa junto al juez Ariel Lijo para dictarle la prisión preventiva porque hay riesgo de entorpecimiento de la investigación.

Esa conversación que terminó con la respuesta del exvicepresidente diciéndole que lo sabía y "que se le va a hacer", demuestra una vez más hacia donde van apuntando los jueces y Cambiemos contra quienes formaron parte del gobierno anterior. Contra quienes tocaron intereses. 

En 2011, Sandra Russo escribió la biografía de Cristina Fernández de Kirchner donde relata el día en que Amado Boudou, llevado por Sergio Massa, le comenta el plan para recuperar las AFJP en manos del Estado. 

"Otra medida definitoria fue recuperar los recursos de los trabajadores. Eso parecía imposible, y creo que si lo hicimos fue por el envión del 2008, cuando el mundo se vino abajo. Por eso yo lo valoro tanto a Amado Boudou. Porque fue él el que vino a traerme esa idea. Era un feriado. Me llama Massa, que era el jefe de Gabinete. Massa tiene una cosa... Cuando algo lo supera, cuando se pone nervioso, se ríe sin parar, pero casi histéricamente, pobre, no puede parar de reírse. Ese día me llamó muerto de risa, me decía que estaba con Amado, que Amado se había vuelto loco y que querían comentarme una idea. Bueno, le dije, vengan. Fuimos a la Jefatura de Gabinete. Sí, era feriado. Porque llegaron de sport. Llegan los dos. Amado me dice, mientras Massa se sigue riendo: “Presidenta, el mundo no va a volver a ser lo que fue. Tenemos que ir por las AFJP”. Le pregunté cómo sería. Y empezó a desplegar hojas y hojas, a explicarme. Massa, muerto de risa. Le dije a Amado: “Me gusta, pero llamemos a Kirchner a ver qué opina”. Y ahí mismo lo llamamos y le pedimos que fuera a la Jefatura. Estábamos sentados en mi escritorio. Néstor vino y se paró detrás, en el medio, y Amado volvió a desplegar las hojas y a explicar el proyecto. En ese momento el Estado estaba pagando el 60 por ciento para que las AFJP cumplieran con el pago de las jubilaciones mínimas. Nunca me voy a olvidar ese momento. Néstor escuchó todo en silencio, y cuando Amado terminó de hablar, no dijo nada. Primero le extendió la mano, y mientras se la estrechaba le dijo: “Estoy totalmente de acuerdo”.